Friday, March 30, 2012

ES MALO SER ATEO?

Ser ateo es algo comun en el mundo. Las personas que se autodominan agnosticos tienen razones muy de fondo y no podemos hacer un juicio en contra o a favor en cuestion de segundos. Lo que si podemos no negar es la existencia del bien y el mal en el mundo.
Existen los hombres que viven de una manera tan opulenta que se bien se les podria nombrar reyes o principes de este tiempo; pero tambien existen los hombres que pueden durar dias sin comer, o simplemente morir de hambre, (cosa que esta aconteciendo todos los dias). Entonces antes que cuestionar la existencia de UN SER SUPREMO, nos encontramos ante otras realidades que se anteponen; el problema del BIEN Y EL MAL.
    Vale la pena analizarlo simplemente desde el punto economico mundial. Las naciones mas ricas no se preocupan de las paises tercemundistas porque no les les da ningun beneficio ayudar. Entonces no hay amor por los demas hermanos de la raza humana. He aqui en el problema: la falta de amor. No podemos describir el amor como algo simplemente sentimental. El amor es un CONCEPTO Y UNA REALIDAD, que se ponen o se debe poner en practica todos los dias. Es algo que trasciende mas alla de lo que somos, y por ser tan TRACENDENTE, es inaceptable por muchos de nosotros. Independientemente que de que tu creas que DIOS EXISTE O NO EXISTE, ve al fondo de tu ser, y mas que lanzar las preguntas existenciales del origen del universo, o el origen de la vida, habra que preguntarnos porque estamos aqui cada uno de nosotros. Cual es la finalidad de nuestra propia vida?, porque si da lo mismo morir que vivir, o simplemente portarnos sin reglas morales y hacer un desequilibrio en todo: asi como matar da igual, dormir con la mujer de mi vecino da lo mismo, violar, robar, mentir, secuestrar, extorcionar, etc etc etc, es lo mismo que hacer cualquier otra cosa...sera?...preguntemonos y contestemos sinceramente. SI NO HAY UN CODIGO MORAL en nuestra vida, SI NADA TRASCIENDE MAS ALLA DE NUESTRA PROPIA EXISTENCIA, entonces somos igual o peor que los animales, porque simplemente cumplimos con las leyes fisicas de la vida, NACER, CRECER, REPRODUCIRNOS Y MORIR, y podriamos decir que somos los protagonistas de la historia, los mas tontos e ilusos, porque vivimos simplemente un proceso que quedara simplemente en tierra o en NADA. Que sentido tiene entonces hacer el BIEN? o aceptar el MAL, como algo natural?,
Y concluyo con lo siguiente, ser ateo no es malo, ser ateo es preocupante, porque se cae en el autoengano. Me miento a mi mismo, me doy mis propias reglas, aunque nunca caiga en cuenta que quien o que, es la CAUSA no de la vida en general; sino MI PROPIA VIDA.

  

DEMUESTRA ALEGRIA...

Demuestra alegria en la relacion con tus amigos. Muchas veces la alegria espontanea de un saludo conquista un corazon y alivia un sufrimiento.
     La tristeza y el mal humor de un saludo destilan veneno en un corazon alegre.
      Despliega alegria y bienestar, frente a las personas conocidas, y te llegaran los buenos resultados de algo meritorio y bien hecho.
      Que tus amigos sientan el calor de tu corazon afectuoso, en la sencillez de un saludo alegre.

Thursday, March 29, 2012

LUJOS INNECESARIOS

Evita el lujo innecesario. Todo lo que recarga el ambiente es molesto. Se sobrio y natural. Lo artificial distorciona y produce fatigas innutiles. La sobriedad comunica descanso al espiritu y al cuerpo. Se sobrio y natural en todo, comenzando en tu persona y llegando hasta los muebles de tu casa. Que poco tiene quien se esfuerza por mostrar mas de lo que tiene!

Wednesday, March 28, 2012

SE ATENTO Y COMPRENSIVO

Se atento y comprensivo. Muchas veces los que vienen a conversar contigo traen problemas reconditos, ocultos en el fondo del alma!
No pierdas la calma, tu que vislumbraste ya la luz de la comprension de los hermanos.
Manten el equilibrio cuando se presente alguien perturbado.
Se atento y comprensivo: en el mundo hay  muchisimos enfermos y tu tienes salud moral.

Tuesday, March 27, 2012

MIRADAS DE ENVIDIA

No busques los primeros puestos. Mientras mas te expongas a las miradas ajenas, tanto mas seras el blanco de celos y envidias.
Las vibraciones negativas, aunque no te hagan mal, podran cansarte en el trabajo de defenderte.
Procura obrar discretamente, pero con firmeza dejando que los vanidosos y superficiales aparezcan en una luz de la que tu no necesitas para brillar.
El vidrio comun brilla mucho con el sol, pero el brillo de oro esta escondido en el cofre, sin que por  ello valga menos que el vidrio....

Sunday, March 25, 2012

MEXICO DIOS TE AMA

"MEXICO ME IMPORTAS, MEXICO ME INTERESAS, QUIERO ESTAR CONTIGO, CAMINO CONTIGO, MEXICO TE AMO Y VINE A DARTE CONSUELO EN NOMBRE DE DIOS Y A PONER UNA SEMILLA DE ESPERANZA EN EL CORAZON DE CADA UNO DE TU HIJOS"
G R A C I A S! BENEDICTO XVI, TE PUSISTE NUESTRO SOMBRERO MEXICANO QUE SIMBOLIZA LA COMPASION POR ESTA GENTE QUE SUFRE, LA INJUSTICIA, LA POBREZA, INCLUSO LA MUERTE. RECORDEMOS LAS PALABRAS DE JESUS DESDE LA CRUZ; "MUJER EH AHI TU HIJO; HIJO EH AHI TU MADRE".

HOMILIA DE BENEDICTO XVI EN EL PARQUE BICENTENARIO DOMINGO 25 DE MARZO 2012

Un corazón puro ayuda en los momentos de dolor y esperanza del pueblo mexicano

Homilía de Benedicto XVI en la Santa Misa del Parque Bicentenario de León

LEÓN, domingo 25 marzo 2012 (ZENIT.org).- Ofrecemos el texto de la homilía pronunciada por Benedicto XVI en la Santa Misa celebrada a las 10 de la mañana, hora local, en el Parque Expo Bicentenario de León, México, ante medio millón de personas en su mayoría jóvenes.

*****
Queridos hermanos y hermanas:

Me complace estar entre ustedes, y deseo agradecer vivamente a monseñor José Guadalupe Martín Rábago, arzobispo de León, sus amables palabras de bienvenida. Saludo al episcopado mexicano, así como a los señores cardenales y demás obispos aquí presentes, en particular a los procedentes de Latinoamérica y el Caribe. Vaya también mi saludo caluroso a las autoridades que nos acompañan, así como a todos los que se han congregado para participar en esta Santa Misa presidida por el Sucesor de Pedro.

«Crea en mí, Señor, un corazón puro» (Sal 50,12), hemos invocado en el salmo responsorial. Esta exclamación muestra la profundidad con la que hemos de prepararnos para celebrar la próxima semana el gran misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Nos ayuda asimismo a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica.

El anhelo de un corazón puro, sincero, humilde, aceptable a Dios, era muy sentido ya por Israel, a medida que tomaba conciencia de la persistencia del mal y del pecado en su seno, como un poder prácticamente implacable e imposible de superar. Quedaba sólo confiar en la misericordia de Dios omnipotente y la esperanza de que él cambiara desde dentro, desde el corazón, una situación insoportable, oscura y sin futuro. Así fue abriéndose paso el recurso a la misericordia infinita del Señor, que no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (cf. Ez 33,11). Un corazón puro, un corazón nuevo, es el que se reconoce impotente por sí mismo, y se pone en manos de Dios para seguir esperando en sus promesas. De este modo, el salmista puede decir convencido al Señor: «Volverán a ti los pecadores» (Sal 50,15). Y, hacia el final del salmo, dará una explicación que es al mismo tiempo una firme confesión de fe: «Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias» (v. 19).

La historia de Israel narra también grandes proezas y batallas, pero a la hora de afrontar su existencia más auténtica, su destino más decisivo, la salvación, más que en sus propias fuerzas, pone su esperanza en Dios, que puede recrear un corazón nuevo, no insensible y engreído. Esto nos puede recordar hoy a cada uno de nosotros y a nuestros pueblos que, cuando se trata de la vida personal y comunitaria, en su dimensión más profunda, no bastarán las estrategias humanas para salvarnos. Se ha de recurrir también al único que puede dar vida en plenitud, porque él mismo es la esencia de la vida y su autor, y nos ha hecho partícipes de ella por su Hijo Jesucristo.

El Evangelio de hoy prosigue haciéndonos ver cómo este antiguo anhelo de vida plena se ha cumplido realmente en Cristo. Lo explica san Juan en un pasaje en el que se cruza el deseo de unos griegos de ver a Jesús y el momento en que el Señor está por ser glorificado. A la pregunta de los griegos, representantes del mundo pagano, Jesús responde diciendo: «Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado» (Jn 12,23). Respuesta extraña, que parece incoherente con la pregunta de los griegos. ¿Qué tiene que ver la glorificación de Jesús con la petición de encontrarse con él? Pero sí que hay una relación. Alguien podría pensar –observa san Agustín– que Jesús se sentía glorificado porque venían a él los gentiles. Algo parecido al aplauso de la multitud que da «gloria» a los grandes del mundo, diríamos hoy. Pero no es así ;. «Convenía que a la excelsitud de su glorificación precediese la humildad de su pasión» (In Joannis Ev., 51,9: PL 35, 1766).

La respuesta de Jesús, anunciando su pasión inminente, viene a decir que un encuentro ocasional en aquellos momentos sería superfluo y tal vez engañoso. Al que los griegos quieren ver en realidad, lo verán levantado en la cruz, desde la cual atraerá a todos hacia sí (cf. Jn 12,32). Allí comenzará su «gloria», a causa de su sacrificio de expiación por todos, como el grano de trigo caído en tierra que muriendo, germina y da fruto abundante. Encontrarán a quien seguramente sin saberlo andaban buscando en su corazón, al verdadero Dios que se hace reconocible para todos los pueblos. Este es también el modo en que Nuestra Señora de Guadalupe mostró su divino Hijo a san Juan Diego. No como a un héroe portentoso de leyenda, sino como al verdaderísimo Dios, por quien se vive, al Creador de las personas, de la cercanía y de la inmediación, del Cielo y de la Tierra (cf. Nican Mopohua, v. 33). Ella hizo en aquel momento lo que ya había ensayado en las Bodas de Caná. Ante el apuro de la falta de vino, indicó claramente a los sirvientes que la vía a seguir era su Hijo: «Hagan lo que él les diga» (Jn 2,5).

Queridos hermanos, al venir aquí he podido acercarme al monumento a Cristo Rey, en lo alto del Cubilete. Mi venerado predecesor, el beato papa Juan Pablo II, aunque lo deseó ardientemente, no pudo visitar este lugar emblemático de la fe del pueblo mexicano en sus viajes a esta querida tierra. Seguramente se alegrará hoy desde el cielo de que el Señor me haya concedido la gracia de poder estar ahora con ustedes, como también habrá bendecido a tantos millones de mexicanos que han querido venerar sus reliquias recientemente en todos los rincones del país. Pues bien, en este monumento se representa a Cristo Rey. Pero las coronas que le acompañan, una de soberano y otra de espinas, indican que su realeza no es como muchos la entendieron y la entienden. Su reinado no consiste en el poder de sus ejércitos para someter a los demás por la fuerza o la violencia. Se funda en un poder más grande que gana los corazones: el amo r de Dios que él ha traído al mundo con su sacrificio y la verdad de la que ha dado testimonio. Éste es su señorío, que nadie le podrá quitar ni nadie debe olvidar. Por eso es justo que, por encima de todo, este santuario sea un lugar de peregrinación, de oración ferviente, de conversión, de reconciliación, de búsqueda de la verdad y acogida de la gracia. A él, a Cristo, le pedimos que reine en nuestros corazones haciéndolos puros, dóciles, esperanzados y valientes en la propia humildad.

También hoy, desde este parque con el que se quiere dejar constancia del bicentenario del nacimiento de la nación mexicana, aunando en ella muchas diferencias, pero con un destino y un afán común, pidamos a Cristo un corazón puro, donde él pueda habitar como príncipe de la paz, gracias al poder de Dios, que es el poder del bien, el poder del amor. Y, para que Dios habite en nosotros, hay que escucharlo, hay que dejarse interpelar por su Palabra cada día, meditándola en el propio corazón, a ejemplo de María (cf. Lc 2,51). Así crece nuestra amistad personal con él, se aprende lo que espera de nosotros y se recibe aliento para darlo a conocer a los demás.

En Aparecida, los obispos de Latinoamérica y el Caribe sintieron con clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en la historia de estas tierras «desde el encuentro personal y comunitario con Jesucristo, que suscite discípulos y misioneros» (Documento conclusivo, 11). La Misión Continental, que ahora se está llevando a cabo diócesis por diócesis en este Continente, tiene precisamente el cometido de hacer llegar esta convicción a todos los cristianos y comunidades eclesiales, para que resistan a la tentación de una fe superficial y rutinaria, a veces fragmentaria e incoherente. También aquí se ha de superar el cansancio de la fe y recuperar «la alegría de ser cristianos, de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en l as situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar» (Discurso a la Curia Romana, 22 de diciembre de 2011). Lo vemos muy bien en los santos, que se entregaron de lleno a la causa del evangelio con entusiasmo y con gozo, sin reparar en sacrificios, incluso el de la propia vida. Su corazón era una apuesta incondicional por Cristo, de quien habían aprendido lo que significa verdaderamente amar hasta el final.

En este sentido, el Año de la fe, al que he convocado a toda la Iglesia, «es una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo [...]. La fe, en efecto, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo» (Porta fidei, 11 octubre 2011, 6.7).

Pidamos a la Virgen María que nos ayude a purificar nuestro corazón, especialmente ante la cercana celebración de las fiestas de Pascua, para que lleguemos a participar mejor en el misterio salvador de su Hijo, tal como ella lo dio a conocer en estas tierras. Y pidámosle también que siga acompañando y amparando a sus queridos hijos mexicanos y latinoamericanos, para que Cristo reine en sus vidas y les ayude a promover audazmente la paz, la concordia, la justicia y la solidaridad. Amén

Saturday, March 24, 2012

DISCURSO DE S.S. BENEDICTO XVI EN EL AEROPUERTO DE LEON

Discurso de S.S. Benedicto XVI en Ceremonia de Bienvenida en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato, México

Excelentísimo Señor Presidente de la República,
Señores Cardenales,
Venerados hermanos en el Episcopado y el Sacerdocio,
Distinguidas autoridades,
Amado pueblo de Guanajuato y de México entero

Me siento muy feliz de estar aquí, y doy gracias a Dios por haberme permitido realizar el deseo, guardado en mi corazón desde hace mucho tiempo, de poder confirmar en la fe al Pueblo de Dios de esta gran nación en su propia tierra. Es proverbial el fervor del pueblo mexicano con el Sucesor de Pedro, que lo tiene siempre muy presente en su oración. Lo digo en este lugar, considerado el centro geográfico de su territorio, al cual ya quiso venir desde su primer viaje mi venerado predecesor, el beato Juan Pablo II. Al no poder hacerlo, dejó en aquella ocasión un mensaje de aliento y bendición cuando sobrevolaba su espacio aéreo. Hoy me siento dichoso de hacerme eco de sus palabras, en suelo firme y entre ustedes: Agradezco ­ decía en su mensaje ­ el afecto al Papa y la fidelidad al Señor de los fieles del Bajío y de Guanajuato. Que Dios les acompañe siempre (cf. Telegrama, 30 enero 1979).

Con este recuerdo entrañable, le doy las gracias, Señor Presidente, por su cálido recibimiento, y saludo con deferencia a su distinguida esposa y demás autoridades que han querido honrarme con su presencia. Un saludo muy especial a Monseñor José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, así como a Monseñor Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla, y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y del Consejo Episcopal Latinoamericano. Con esta breve visita, deseo estrechar las manos de todos los mexicanos y abarcar a las naciones y pueblos latinoamericanos, bien representados aquí por tantos obispos, precisamente en este lugar en el que el majestuoso monumento a Cristo Rey, en el cerro del Cubilete, da muestra de la raigambre de la fe católica entre los mexicanos, que se acogen a su constante bendición en todas sus vicisitudes.

México, y la mayoría de los pueblos latinoamericanos, han conmemorado el bicentenario de su independencia, o lo están haciendo en estos años. Muchas han sido las celebraciones religiosas para dar gracias a Dios por este momento tan importante y significativo. Y en ellas, como se hizo en la Santa Misa en la Basílica de San Pedro, en Roma, en la solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, se invocó con fervor a María Santísima, que hizo ver con dulzura cómo el Señor ama a todos y se entregó por ellos sin distinciones. Nuestra Madre del cielo ha seguido velando por la fe de sus hijos también en la formación de estas naciones, y lo sigue haciendo hoy ante los nuevos desafíos que se les presentan.

Vengo como peregrino de la fe, de la esperanza y de la caridad. Deseo confirmar en la fe a los creyentes en Cristo, afianzarlos en ella y animarlos a revitalizarla con la escucha de la Palabra de Dios, los sacramentos y la coherencia de vida. Así podrán compartirla con los demás, como misioneros entre sus hermanos, y ser fermento en la sociedad, contribuyendo a una convivencia respetuosa y pacífica, basada en la inigualable dignidad de toda persona humana, creada por Dios, y que ningún poder tiene derecho a olvidar o despreciar. Esta dignidad se expresa de manera eminente en el derecho fundamental a la libertad religiosa, en su genuino sentido y en su plena integridad.

Como peregrino de la esperanza, les digo con san Pablo: «No se entristezcan como los que no tienen esperanza» (1 Ts 4,13). La confianza en Dios ofrece la certeza de encontrarlo, de recibir su gracia, y en ello se basa la esperanza de quien cree. Y, sabiendo esto, se esfuerza en transformar también las estructuras y acontecimientos presentes poco gratos, que parecen inconmovibles e insuperables, ayudando a quien no encuentra en la vida sentido ni porvenir. Sí, la esperanza cambia la existencia concreta de cada hombre y cada mujer de manera real (cf. Spe salvi, 2). La esperanza apunta a «un cielo nuevo y una tierra nueva» (Ap 21,1), tratando de ir haciendo palpable ya ahora algunos de sus reflejos. Además, cuando arraiga en un pueblo, cuando se comparte, se difunde como la luz que despeja las tinieblas que ofuscan y atenazan. Este país, este Continente, está llamado a vivir la esperanza en Dios como una convicción profunda, convirtiéndola en una actitud del corazón y en un compromiso concreto de caminar juntos hacia un mundo mejor. Como ya dije en Roma, «continúen avanzando sin desfallecer en la construcción de una sociedad cimentada en el desarrollo del bien, el triunfo del amor y la difusión de la justicia» (Homilía en la solemnidad de Nuestra Señor de Guadalupe, Roma, 12 diciembre 2011).

Junto a la fe y la esperanza, el creyente en Cristo, y la Iglesia en su conjunto, vive y practica la caridad como elemento esencial de su misión. En su acepción primera, la caridad «es ante todo y simplemente la respuesta a una necesidad inmediata en una determinada situación» (Deus caritas est, 31,a), como es socorrer a los que padecen hambre, carecen de cobijo, están enfermos o necesitados en algún aspecto de su existencia. Nadie queda excluido por su origen o creencias de esta misión de la Iglesia, que no entra en competencia con otras iniciativas privadas o públicas, es más, ella colabora gustosa con quienes persiguen estos mismos fines. Tampoco pretende otra cosa que hacer de manera desinteresada y respetuosa el bien al menesteroso, a quien tantas veces lo que más le falta es precisamente una muestra de amor auténtico.

Señor Presidente, amigos todos: en estos días pediré encarecidamente al Señor y a la Virgen de Guadalupe por este pueblo, para que haga honor a la fe recibida y a sus mejores tradiciones; y rezaré especialmente por quienes más lo precisan, particularmente por los que sufren a causa de antiguas y nuevas rivalidades, resentimientos y formas de violencia. Ya sé que estoy en un país orgulloso de su hospitalidad y deseoso de que nadie se sienta extraño en su tierra. Lo sé, lo sabía ya, pero ahora lo veo y lo siento muy dentro del corazón. Espero con toda mi alma que lo sientan también tantos mexicanos que viven fuera de su patria natal, pero que nunca la olvidan y desean verla crecer en la concordia y en un auténtico desarrollo integral. Muchas gracias.

Friday, March 23, 2012

LISTA DE PAPAS EN LA HISTORIA....

NOMBRES
ORIGEN
AÑOS PONTIFICADO
S.Pedro Galilea Mártir en 64 ó 67
S.Lino Toscana 68-79
S.Anacleto o Cleto Roma 80-92
S.Clemente Roma 92-99 ó 68-76
S.Evaristo Grecia 99 ó 96-108
S.Alejandro I Roma 108 ó 109-116 ó 119
S.Sixto I Roma 117 ó 119-126 ó 128
S.Telesforo Grecia 127 ó 128- 137 ó 138
S.Higinio Grecia 138-142 ó 149
S.Pío I Aquilea 142 ó 146-157 ó 161
S.Aniceto Siria 150 ó 157-153 ó 168
S.Sotero Campania 162 ó 168-170 ó 177
S.Eleuterio Epiro 171 ó 177-185 ó 193
S.Víctor I África 186 ó 189-197 ó 201
S.Ceferino Roma 198-217 ó 218
S.Calixto I Roma 218-222
S.Urbano I Roma 222-230
S.Ponciano Roma 230-235
S.Antero Grecia 235-236
S.Fabian Roma 236-250
S.Cornelio Roma 251-253
S.Lucio I Roma 253-254
S.Esteban I Roma 254-257
S.Sixto II Grecia 257-258
S.Dionisio Desconocido 259-268
S.Félix I Roma 269-274
S.Eutiquiano Luni 275-283
S.Cayo Dalmacia 283-296
S.Marcelino Roma 296-304
S.Marcelo I Roma 306-309
S.Eusebio Grecia 309
S.Melquíades África 311-314
S.Silvestre I Roma 314-335
S.Marcos Roma 336
S.Julio I Roma 337-352
Liberio Roma 352-366
S.Dámaso I Roma 366-384
S.Siricio Roma 384-399
S.Anastasio I Roma 399-401
S.Inocencio I Albano 401-417
S.Zósimo Grecia 417-418
S.Bonifacio I Roma 418-422
S.Celestino I Campania 422-432
S.Sixto III Roma 432-440
S.León I el Magno Toscana 440-461
S.Hilario Cerdeña 461-468
S.Simplicio Tívoli 468-483
S.Félix III o II Roma 483-492
S.Gelasio I África 492-496
Anastasio II Roma 496-498
S.Símmaco Cerdeña 498-514
S.Hormisdas Frosinone 514-523
S.Juan I Toscana 523-526
S.Félix IV o III Samnio 526-530
Bonifacio II Roma 530-532
Juan II Roma 533-535
S.Agapito I Roma 535-536
S.Silverio Frosinone 536-537
Vigilio Roma 537-555
Pelagio I Roma 556-561
Juan III Roma 561-574
Benedicto I Roma 575-579
Pelagio II Roma 579-590
S.Gregorio I el Magno Roma 590-604
Sabiniano Toscana 604-606
Bonifacio III Roma 607
S.Bonifacio IV Abruzos 608-615
S.Adeodato I Roma 615-618
Bonifacio V Nápoles 619-625
Honorio I Campania 625-638
Severino Roma 640
Juan IV Dalmacia 640-642
Teodoro I Jerusalén 642-649
S.Martín I Todi 649-655
S.Eugenio I Roma 654-657
S.Vitaliano Segni 657-672
Adeodato II Roma 672-676
Dono Roma 676-678
S.Agatón Sicilia 678-681
S.León II Sicilia 682-683
S.Benedicto II Roma 684-685
Juan V Siria 685-686
Conón Desconocido 686-687
S.Sergio I Siria 687-701
Juan VI Grecia 701-705
Juan VII Grecia 705-707
Sisinio Siria 708
Constantino Siria 708-715
S.Gregorio II Roma 715-731
S.Gregorio III Siria 731-741
S.Zacarías Grecia 741-752
Esteban II (III) Roma 752-757
S.Pablo I Roma 757-767
Esteban III (IV) Sicilia 768-772
Adriano I Roma 772-795
S.León III Roma 795-816
Esteban IV (V) Roma 816-817
S.Pascual I Roma 817-824
Eugenio II Roma 824-827
Valentín Roma 827
Gregorio IV Roma 827-844
Sergio II Roma 844-847
S.León IV Roma 847-855
Benedicto III Roma 855-858
S.Nicolás I el Magno Roma 858-867
Adriano II Roma 867-872
Juan VIII Roma 872-882
Marino I Toscana 882-884
S.Adriano III Roma 884-885
Esteban V (VI) Roma 885-891
Formoso Desconocido 891-896
Bonifacio VI Roma 896
Esteban VI (VII) Roma 896-897
Romano Toscana 897
Teodoro II Roma 897
Juan IX Tívoli 898-900
Benedicto IV Roma 900-903
León V Ardea 903
Sergio III Roma 904-911
Anastasio III Roma 911-913
Landón Sabina 913-914
Juan X Ímola 914-928
León VI Roma 928
Esteban VII (VIII) Roma 929-931
Juan XI Roma 931-936
León VII Roma 936-939
Esteban VIII (IX) Roma 939-942
Marino II Roma 942-946
Agapito II Roma 946-955
Juan XII Roma 955-964
León VIII Roma 963-965
Benedicto V Roma 964-965
Juan XIII Roma 965-972
Benedicto VI Roma 973-974
Benedicto VII Roma 974-983
Juan XIV Pavia 983-984
Juan XV Roma 985-996
Gregorio V Sajonia 996-999
Silvestre II Aquitania 999-1003
Juan XVII Roma 1003
Juan XVIII Roma 1003-1009
Sergio IV Roma 1009-1012
Benedicto VIII Roma 1012-1024
Juan XIX Roma 1024-1032
Benedicto IX Roma 1032-1044
Silvestre III Roma 1045
Benedicto IX (segunda vuelta) Roma 1045
Gregorio VI Roma 1045-1046
Clemente II Sajonia 1046-1047
Benedicto IX (tercera vuelta) Roma 1047-1048
Dámaso II Tirol 1048
S.León IX Alsacia 1049-1054
Víctor II Alemania 1055-1057
Esteban IX (X) Lorena 1057-1058
Nicolás II Borgoña 1059-1061
Alejandro II Milán 1061-1073
S.Gregorio VII Toscana 1073-1085
B.Víctor III Benevento 1086-1087
B.Urbano II Francia 1088-1099
Pascual II Ravena 1099-1118
Gelasio II Gaeta 1118-1119
Calixto II Borgoña 1119-1124
Honorio II Ímola 1124-1130
Inocencio II Roma 1130-1143
Celestino II Umbría 1143-1144
Lucio II Bolonia 1144-1145
B.Eugenio III Pisa 1145-1153
Anastasio IV Roma 1153-1154
Adriano IV Inglaterra 1154-1159
Alejandro III Siena 1159-1181
Lucio III Lucca 1181-1185
Urbano III Milán 1185-1187
Gregorio VIII Benevento 1187
Clemente III Roma 1187-1191
Celestino III Roma 1191-1198
Inocencio III Roma 1198-1216
Honorio III Roma 1216-1227
Gregorio IX Anagni 1227-1241
Celestino IV Milán 1241
Inocencio IV Génova 1243-1254
Alejandro IV Roma 1254-1261
Urbano IV Francia 1261-1264
Clemente IV Francia 1265-1268
B.Gregorio X Piacenza 1271-1276
B.Inocencio V Saboya 1276
Adriano V Génova 1276
Juan XXI Lisboa 1276-1277
Nicolás III Roma 1277-1280
Martín IV Francia 1281-1285
Honorio IV Roma 1285-1287
Nicolás IV Áscoli 1288-1292
S.Celestino V Molisse 1294
Bonifacio VIII Anagni 1294-1303
B.Benedicto XI Treviso 1303-1304
Clemente V Francia 1305-1314
Juan XXII Francia 1316-1334
Benedicto XII Francia 1334-1342
Clemente VI Francia 1342-1352
Inocencio VI Francia 1352-1362
B.Urbano V Francia 1362-1370
Gregorio XI Francia 1370-1378
Urbano VI Nápoles 1378-1389
Bonifacio IX Nápoles 1389-1404
Inocencio VII Sulmona 1404-1406
Gregorio XII Venecia 1406-1415
Martín V Roma 1417-1431
Eugenio IV Venecia 1431-1447
Nicolás V Sarzana 1447-1455
Calixto III Játiva (España) 1455-1458
Pío II Siena 1458-1464
Pablo II Venecia 1464-1471
Sixto IV Savona 1471-1484
Inocencio VIII Génova 1484-1492
Alejandro VI Játiva (España) 1492-1503
Pío III Siena 1503
Julio II Savona 1503-1513
León X Florencia 1513-1521
Adriano VI Utrech (Holanda) 1522-1523
Clemente VII Florencia 1523-1534
Pablo III Roma 1534-1549
Julio III Roma 1550-1555
Marcelo II Lazio 1555
Pablo IV Nápoles 1555-1559
Pío IV Milán 1559-1565
S.Pío V Alessandría 1566-1572
Gregorio XIII Bolonia 1572-1585
Sixto V Áncona 1585-1590
Urbano VII Roma 1590
Gregorio XIV Cremona 1590-1591
Inocencio IX Bolonia 1591
Clemente VIII Florencia 1592-1605
León XI Florencia 1605
Pablo V Roma 1605-1621
Gregorio XV Bolonia 1621-1623
Urbano VIII Florencia 1623-1644
Inocencio X Roma 1644-1655
Alejandro VII Siena 1655-1667
Clemente IX Pistoia 1667-1669
Clemente X Roma 1670-1676
B.Inocencio XI Como 1676-1689
Alejandro VIII Venecia 1689-1691
Inocencio XII Spinazola 1691-1700
Clemente XI Urbino 1700-1721
Inocencio XIII Roma 1721-1724
Benedicto XIII Bari 1724-1730
Clemente XII Florencia 1730-1740
Benedicto XIV Bolonia 1740-1758
Clemente XIII Venecia 1758-1769
Clemente XIV Rímini 1769-1774
Pío VI Cesena 1775-1799
Pío VII Cesena 1800-1823
León XII Spoleto 1823-1829
Pío VIII Áncona 1829-1830
Gregorio XVI Belluno 1831-1846
B.Pío IX Senigallia 1846-1878
León XIII Carpineto romano 1878-1903
S.Pío X Treviso 1903-1914
Benedicto XV Génova 1914-1922
Pío XI Milán 1922-1939
Pío XII Roma 1939-1958
B.Juan XXIII Bérgamo 1958-1963
Pablo VI Brescia 1963-1978
Juan Pablo I Belluno 1978
Juan Pablo II Wadowice (Polonia) 1978-2005
Benedicto XVI Marktl am Inn (Alemania) 2005-

LA QUESTION IGLESIA EN POCAS PERO SUSTANTIVAS PALABRAS...

LA CUESTIÓN ES que la Iglesia es una institución fundada x Cristo y los Apóstoles. No nació "sola". Dos mil años de Historia. Jesús habla de "su" Iglesia. San Pablo habla del amor de Cristo x su Iglesia y de ésta como un cuerpo, que tiene m...uchos miembros. Jesús envía a Los Discípulos a Bautizar y ENSEÑAR a las naciones... Lee el fin de los 4 Evangelios y Hechos de Los Apóstoles y las cartas de San Pablo a Romanos y Filipenses.

Thursday, March 22, 2012

OFENSAS AL PAPA? NADA NUEVO!...

EL RETO DEL CATOLICO HOY: Primeramente reconocer que la FE es un regalo divino. Esta sociedad actual ofrece mucho que ver, mucho que tocar, mucho que oir y no estoy satanisando los inventos modernos. Pero quienes hemos sido bautizados en la fe debemos tener cuidado de ser UNOS ILUSOS Y TRISTES MARIONETAS de la sociedad, que veran que no practicamos lo que profesamos. No creemos en UN CADAVER vivio... hace 2000 anios, creemos que que JESUS ESTA VIVO. Ese es precisamente el kerigma de la fe JESUS MURIO Y JESUS RESUCITO. EL PADRE lo envio para redimirnos, y depues de 50 dias de su resurrecion envio su ESPIRITU SANTO, para confirmarnos en la fe. Aquello que los apostoles vieron, y todo lo que se nos ha transmitido en el paso de los siglos, pero algo importante; EL ENEMIGO DE LOS SEGUIDORES DE JESUS NO DESCANSARA Y SE GASTARA HASTA EL ULTIMO CARTUCHO HASTA VERLOS DERROTADOS. Por eso las ofensas al VICARIO DE CRISTO; EL PAPA, deben tomarse con madurez cristiana y orar por los agresores. Y concluyo con las mismas palabras de JESUS. San Mateo 16, 18-19 "Y YO A MI VEZ TE DIGO QUE TU ERES PEDRO, Y SOBRE ESTA PIEDRA EDIFICARE MI IGLESIA, Y LAS PUERTAS DEL ABISMO NO PODRAN VENCERLA. A TI TE DARE LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS; Y LO QUE ATES EN LA TIERRA QUEDARA ATADO EN LOS CIELOS, Y LO QUE DESATES EN LA TIERRA QUEDARA DESATADO EN LOS CIELOS".

Wednesday, March 21, 2012

QUO VADIS DOMINE? A DONDE VAS SENOR?

La frase "Quo Vadis domine" significa: A dónde vas señor?
La frase la dice San Pedro cuando huyendo de Roma se encuentra a Jesucristo y le hace esta pregunta: "Quo Vadis domine".

Este momento aparece en el manuscrito llamado La leyenda Aurea o La leyenda dorada, escrito en el siglo XIII, por el monje dominico y arzobispo de Genova, Jacobo de Vorágine o Santiago de Vorágine. Este monje escribió - muy detalladamente en latin - la vida de 180 santos y mártires de la Iglesia Católica.

En el manuscrito se narra el episodio de San Pedro cuando el emperador románo
Nerón en el año 64 comenzó una terrible persecución contra los cristianos. San Pedro temeroso de lo que pudiera sucederle huyó de Roma por la Via Apia, pero en el trayecto se encontró con Jesucristo que cargaba con una cruz.
Entonce le pregunto "Quo Vadis Domine" ¿A donde vas Señor? y Cristo le contesto: Mi pueblo en Roma te necesita, si abandonas a mis ovejas yo iré a Roma para ser crucificado de nuevo.

San Pedro avergonzado de su actitud, volvió a Roma y de inmediato fué detenido por Nerón. Se dice que condenado a ser crucificado dijo que no era digno de morir como su maestro, por lo que los romános optarón por crucificarlo cabeza abajo.

En el lugar de su martirio hoy dia según la tradición se levanta la Basilica de San Pedro de El Vaticano y en la cripta de la Basilica reposan los restos del apostol de Jesús.

SE EL MISMO.....

SE EL MISMO, DENTRO Y FUERA DE CASA. EL HOGAR ES LA SOCIEDAD EN MINIATURA.
LA SOCIEDAD ES EL HOGAR AMPLIADO.
EN AMBAS PARTES SE EL MISMO: HOMBRE DE PALABRA, QUE SABE LO QUE PIENSA, COHERENTE CON LO QUE HACE, QUE MANTIENE LA SERENIDAD PORQUE CONFIA EN SUS VALORES.

EL HOMBRE ES LO QUE ES.

SUS EXPRESIONES EXTERNAS SON LA MANIFESTACION DEL ESTADO INTERIOR DE NUESTRA ALMA.